martes, 11 de junio de 2013

Una persona puede votar más de una vez en la misma mesa

Celina Cárquez, El Nacional 11/06/2013.

El Consejo Nacional Electoral asegura que el Sistema de Autenticación Integrado -captahuellas-, junto con la máquina de votación, garantizan el principio de un elector, un voto, pero la realidad en las últimas tres elecciones (7-O, 16D y 14A) demuestra que una persona sí puede sufragar más de una vez en una misma mesa y en otras, usando huellas de varios dedos.

El ingeniero Mario Torre, miembro del Grupo de Seguimiento Técnico, GST, de la unidad, afirmó: “La integración del SAI a la máquina no impide que un elector vote varias veces”.

En las auditorías técnicas después de las presidenciales de 2012 se detectó que las huellas de casi 11% de los votantes de la base de datos del CNE no coincidieron con las de esos mismos electores en el SAI. Además, 6,8% de quienes sufragaron no contaron con una huella con la cual comparar su impresión dactilar.

Es decir, casi 18% de los votantes ejercieron su derecho el 7-O aun cuando no fueron debidamente autenticados por el SAI. Esta cifra representa 3.402.786 de los 18.903.907 ciudadanos inscritos en el registro electoral para esos comicios.

El CNE nunca suministró las cifras de votantes no autenticados por el SAI en las elecciones regionales del 16D ni en las presidenciales del 14A. El 7-O la suministró sólo por municipio.

Torre indicó que el SAI “permite votar a toda persona, elector o no de la mesa, inscrito o no en el RE, independientemente de que tenga o no huellas almacenadas en la máquina, o que la huella real de su dedo sea autenticada exitosamente o no contra la huella almacenada”.

Destacó que lo que sí se logra con el SAI es evitar que un elector vote otra vez en una misma mesa con una misma huella. Pero no impide que vuelva a sufragar en la misma máquina con una impresión dactilar de otro dedo. “Siempre puede volver a votar mientras no use su otro dedo pulgar”.

Cuando un elector pasa por el dispositivo de autenticación biométrico, su impresión dactilar es comparada con su huella almacenada. Tras hacerse la comparación, el equipo arroja uno de los siguientes resultados, llamados incidencias: coincide; no coincide; sin huellas almacenadas y sin miembros superiores.

Auditoría para despejar las dudas.Esa información queda almacenada en la memoria de las máquinas de votación junto con la huella usada por el elector para la autenticación. Por eso es que la oposición insiste que se entregue el reporte de incidencias del SAI el 14A en cada una de las mesas de votación, y que se haga la auditoría de no duplicidad de huellas.

Torre asegura que la información grabada durante la captura de huellas permite aclarar si hubo usurpación de identidad en las mesas con no coincidencias de huellas mayor de lo esperado.

“Si un elector legítimo vota en una máquina, primero debe presentar el dedo pulgar, según se indica en la pantalla del SAI. Si el elector presenta otro dedo cuya huella no está registrada, también puede votar. No hay manera de que el sistema sepa cuál dedo puede presentar un elector; por eso se les pide a los miembros de mesa y testigos que estén pendientes de las instrucciones que el operador debe dar al elector”, dijo.

Recordó que el Poder Electoral no tenía todas las huellas de los ciudadanos inscritos en el padrón y que los porcentajes de autenticación exitosa obtenidos en las pruebas al SAI antes del 7-O no fueron satisfactorios. Por eso el organismo redujo las exigencias para pasar por el SAI, permitiendo que todos los electores votasen, independientemente de si la huella coincidía, o no había registros de sus huellas en la máquina.

Nuevo recurso ante el TSJ

El ex candidato presidencial Henrique Capriles presentó ayer un recurso en la Sala Electoral del TSJ en contra de la omisión del CNE, que no se pronunció por escrito sobre la solicitud de realizar una auditoría –que incluyera los cuadernos de votación– de los comicios del 14 de abril.

Capriles impugna “la falta de oportuna y adecuada respuesta” del CNE a las peticiones que introdujo el 17 y el 22 de abril, tras cuestionar los resultados que dieron como ganador al oficialista Nicolás Maduro. Con esta demanda, suman ocho los recursos en el TSJ relacionados con las elecciones pasadas. Uno de ellos fue desestimado y se espera la respuesta acerca de la admisión del resto.

Hoy llaman a las locales

El CNE convocará hoy las elecciones de alcaldes y concejos municipales para el 8 de diciembre. Se escogerán 335 alcaldes, 2.435 concejales, 69 representantes indígenas municipales, 2 alcaldes metropolitanos y 20 concejales a cabildos distritales.

http://www.el-nacional.com/politica/CNE-ELECTORES-HUELLAS-SAI_0_206379663.html

lunes, 10 de junio de 2013

Pruebas que busca oposición están en las memorias - Eugenio Martínez - El Universal 10/06/2013


Pruebas que busca oposición están en las memorias
Eugenio Martínez - El Universal - 10/06/2013
Esta semana inicia descarga de datos de las máquinas de votación
A la oposición se le acaba el tiempo para recabar las pruebas que demuestren sus denuncias sobre usurpación de identidad y voto múltiple. Esta semana -una vez culminada la Verificación Ciudadana Ampliada- los técnicos del Consejo Nacional Electoral (CNE) comenzarán a descargar de las 39 mil máquinas de votación utilizadas el 14 de abril la información generada durante la elección presidencial. 

Mario Torres, ingeniero eléctrico y magister en Ingeniería de Sistemas, integrante del Grupo de Seguimiento Técnico que participa en las auditorías al sistema de votación desde el año 2005, sostiene que el contenido de las memorias de las máquinas de votación "constituye una evidencia irrefutable para determinar cuántos y quiénes usurparon la identidad de otros votantes y sufragaron ilegalmente en forma múltiple". 

Torres recuerda que el Sistema de Autenticación Integrado (SAI) empleado desde la elección presidencial del 7 de octubre de 2012 en todas las mesas de votación, realiza la comparación digital entre la huella colocada por el elector y una huella previamente almacenada del mismo elector en la memoria de la máquina. 

Aclara que si la huella del pulgar derecho no coincidió con la almacenada en la máquina se le debía pedir al elector que colocara la huella del pulgar izquierdo. El resultado de esta comparación se denomina incidencia de autenticación (o simplemente incidencia). 

Durante la elección presidencial del 14 de abril (ver infografía) la aplicación electoral del CNE podía generar cuatro incidencias básicas: 1) Coincidencia o match. Ocurrió cuando el SAI determinó que la huella del elector coincidía con una de la huellas previamente almacenadas para este elector. 2) No coincidencia o no match. El SAI determinó que ninguna de las huellas del elector coincidía con las huellas previamente almacenadas para ese elector. 3) Sin miembros superiores. El elector carecía de miembros o extremidades superiores. 4) Sin huellas registradas. El elector no tenía sus huellas registradas en la memoria de la máquina. 

Torres resalta que cualquiera fuese la incidencia reportada el elector siempre pudo ejercer el voto. No obstante, explica que la Máquina de Votación "lleva la cuenta de cuántas incidencias de cada tipo ocurren durante el evento electoral. Además, la máquina contó el número de incidencias consecutivas en cada uno de los casos. Si el número de incidencias consecutivas excedía un tope, la Máquina de Votación se bloqueaba. Para volver a funcionar requería la intervención del presidente de mesa (primera vez) o del CNE (veces subsecuentes). 

Torres resalta que cada mesa/máquina después de culminar la votación, transmite estos contadores de incidencias al Centro Nacional de Totalización junto con el Acta de Escrutinio. Es decir, desde la noche del 14 de abril el CNE tiene el reporte que indica cuántas personas votaron sin que existiese coincidencia entre su huella y la almacenada. 

Con relación a las peticiones de la oposición Torres indica que el CNE "debe entregarnos la información de estos contadores por mesa. Es nuestro derecho, a lo que el CNE no se puede negar (...) Esta información es esencial para auditar qué fue lo que ocurrió en cada una de las mesas de votación". 

Con relación a la auditoría de no duplicidad indica que para este proceso se deben recolectar todos los números de cédula de identidad y huellas digitales de todos los electores que sufragaron el 14 de abril, "datos que están almacenados en las memorias de las máquinas de votación utilizadas (...) Estas memorias contienen las huellas digitales de todas las personas que se presentaron en el momento de votar". 

Para Torres, "si se realiza un examen comparativo de todas estas huellas contra sí mismas, podremos determinar con exactitud qué personas votaron en forma múltiple en varias mesas de votación (...) La información del SAI y almacenada en la máquina nos provee información esencial para asegurar la pulcritud o la irregularidad en un evento electoral". 

Resalta que el SAI "constituye un cuaderno de votación electrónico y tenemos pleno derecho a acceder a toda la información allí contenida. La información electoral recolectada por el SAI y en manos del CNE, constituye la evidencia irrefutable para demostrar que efectivamente existe una irregularidad, a fin de impugnar la elección del pasado 14 de abril". 

Dos o tres meses 

Oficialmente el CNE no se ha pronunciado sobre la entrega del reporte de incidencias y la ejecución de la auditoría de no duplicidad. 

Sobre el reporte la vicepresidenta Sandra Oblitas asegura que las incidencias del SAI se entregarán cuando se realice la auditoría de no duplicidad. Por otra parte, la rectora Socorro Hernández ha explicado que en dos o tres meses se pueden tener los resultado de esta auditoría. 

A pesar de las declaraciones de Oblitas y Hernández, como cuerpo colegiado el CNE no se pronuncia sobre estos tópicos. Incluso, en la última sesión del organismo, celebrada el 30 de mayo, la mayoría de las rectoras declinó aprobar la entrega inmediata del reporte de incidencias del SAI por mesas, colocar la fecha tentativa para realizar la auditoría de no duplicidad (algunos técnicos del CNE sostienen que podría demorarse hasta 57 días) o acceder a permitir una revisión de los cuadernos de votación para constatar si se usurpó la identidad de los fallecidos reportados por el INE (180.125 difuntos) que aún aparecen como electores activos. 

Usurpación de identidad 

Miguel Cañas, Ingeniero Electricista, Ph.D. en Ciencias de la Computación y responsable del desarrollo del servicio ABA mediante la tecnología ADSL, recuerda -en un documento publicado en el blog del Grupo de Seguimiento Técnico- que el CNE "en un intento por minimizar el fraude por usurpación de identidad, incorporó un captahuellas a la máquina de votación el cual, por sí solo, no impide dicha usurpación pero registra las huellas de los electores que acuden a votar, de manera que, un análisis posterior y el castigo de aquellos que incurren en este tipo de delito, sí puede resolver el problema". 

Explica que el SAI "permite votar a toda persona, elector o no de la mesa, inscrito o no en el RE, independiente de que tenga o no huellas almacenadas en la máquina o que la huella real de su dedo sea autenticada exitosamente contra la huella almacenada". 

Cañas sostiene que si el CNE no hace el análisis de huellas, o no permite que los partidos opositores la realicen, "entonces se estaría demostrando que el captahuellas se incorporó a la Máquina de Votación solo para amedrentar a los electores opositores vulnerables (empleados de gobierno, beneficiarios de misiones, etc.). 

emartinez@eluniversal.com

Aunque la Verificación Ciudadana Ampliada culminó el viernes, el informe definitivo de la revisión a la muestra de 46% de las mesas de votación se entregará formalmente el martes (11 de junio), según informan técnicos de la Junta Nacional Electoral. 

La entrega del informe coincidirá con la convocatoria de las elecciones locales y con la difusión del cronograma de trabajos de estos comicios. EM


lunes, 3 de junio de 2013

El CNE debe rectificar su decisión - Vicente Díaz (Comunicado)


Comunicado

El CNE debe rectificar su decisión
1. El 14 de Abril pasado se celebraron las elecciones presidenciales, sobrevenidas derivadas del fallecimiento del Presidente Hugo Chávez. Estas elecciones se realizaron en el contexto de una campaña electoral absolutamente desbalanceada, que en su momento me indujo a denunciarla como profundamente injusta y antidemocrática en razón de la desigualdad de acceso a medios que tenían los dos contendientes y el marcado uso de recursos públicos en la contienda; sin soslayar la inconstitucional declaración del ministro de la defensa Diego Molero quien afirmó que la FANB debería hacer lo necesario para hacer a Nicolás Maduro presidente.
2. En la noche de ese día, una vez concluido el anunció de resultados por parte de Tibisay Lucena tomé la palabra para proponerle públicamente al CNE, a los candidatos, al país y a los acompañantes internacionales la realización de una auditoría que pudiese dar tranquilidad a los electores afectados por los resultados anunciados. Ese planteamiento lo hice por el margen extremadamente estrecho entre los dos contendientes. También obedecía a las denuncias de irregularidades en varios centros y mesas de votación en relación a voto supervisado y presencia de puntos rojos del partido de gobierno en las puertas mismas de centros educativos.
3. Al día siguiente, 15 de abril no participé en el acto de proclamación como presidente electo de Nicolás Maduro porque me parecía altamente inconveniente hacer la proclamación sin haber antes decidido sobre esta auditoría, así lo informé oportunamente a través mi cuenta de twitter y de otros medios de comunicación.
4. El jueves 18 de abril el CNE aprobó por unanimidad extender esa auditoría a las cajas restantes durante un mes de trabajo, bajo los parámetros de la verificación ciudadana fase dos; que por cierto ya se había realizado ese día según lo previsto, a una muestra de 0,5% de las mesas del evento electoral. Este procedimiento permite conocer si hay inconsistencias entre los votos emitidos, los comprobantes de voto y el número de electores según cuaderno. Esto es: que no haya más votos que votantes y que los votos hayan sido correctamente contabilizados para cada candidato. Lo que no permite este procedimiento es saber si todos los votos emitidos corresponden estrictamente a los electores legitimados para votar. Es decir, si no hubo suplantación de identidad de votantes ausentes (por fallecimiento, por ejemplo). En razón de esa carencia, Henrique Capriles rechazó dicha auditoría.
5. El viernes 26 de abril, cuando se discutió el protocolo de esa auditoría yo negué mi voto porque continuarla sin el reclamante era ocioso. La auditoría no tiene que ser para dar seguridad a los rectores sino a los electores. Y una parte muy importante del país tiene dudas del resultado anunciado, es responsabilidad de la autoridad electoral tomar las acciones necesarias para despejarlas.
6. El Estado venezolano está en deuda con el país. Henrique Capriles hizo una acusación muy seria, afirmó que le robaron el triunfo. Nos pidió al CNE una revisión que le permitiera verificar que la votación de Maduro no fue abultada por la vía de la usurpación de votos. También impugnaron la elección en el TSJ. El Estado venezolano no ha dado respuesta. Los estudios de opinión indican que una sustancial mayoría de los venezolanos quieren una revisión que despeje o confirme cualquier cuestionamiento.
7. El TSJ no se ha pronunciado sobre las impugnaciones de Henrique Capriles y la MUD a pesar de haberse vencido el plazo para decidir si admite o no las impugnaciones.
8. El CNE tiene todas las herramientas para solventar esta situación, pero no lo hace. El CNE no ha entregado el Reporte de Incidencias del SAI a nivel de mesas: que permite detectar si hubo la generación artificiosa de votos en algunas mesas por parte del presidente de mesa, cuya huella es la única que permite activar la máquina más de una vez. Este reporte está listo desde hace más de un mes, no hay explicación alguna para no entregarlo. El CNE tampoco ha informado fecha de inicio y protocolo de la Auditoría de Duplicidad de Huellas: que permite verificar que nadie haya votado dos veces o más usurpando la identidad de fallecidos o ausentes en mesas diferentes. Estas demoras sólo alimentan la duda en quienes cuestionan el resultado anunciado.
9. En consecuencia de lo anterior solicité formalmente al CNE que se apruebe la entrega de inmediato del Reporte indicado y se inicie la mencionada Auditoría, obviamente respetando la limitación logística que supone la auditoría en curso de verificación ciudadana fase dos. También solicité que se realice una verificación de los fallecidos que aún no hayan sido depurados del RE, a fin de comprobar en los Cuadernos de Votación que nadie haya votado en su lugar.
10. La realización de lo señalado le conviene al CNE, permite recuperar la credibilidad seriamente afectada; le conviene a la oposición, es la única forma que tienen de determinar si le hicieron fraude o no; le conviene al gobierno, porque neutralizaría los cuestionamientos a su legitimidad. No hay ninguna razón para no hacer las tres actividades indicadas, de hecho las dos primeras son parte de las garantías electorales ofrecidas antes de la elección.
11. Estas tres actividades, las dos primeras ya aprobadas por el CNE pero no emprendidas hasta la fecha, pueden tener solo tres resultados posibles. El primero, inexistencia de acciones fraudulentas, en cuyo caso Henrique Capriles le debería una excusa al país por haber afirmado que le robaron y debería reconocer el triunfo de Nicolás Maduro. El segundo, existencia de acciones fraudulentas aisladas, cuya magnitud no compromete el resultado anunciado, esto debería concluir con el enjuiciamiento criminal de quienes las realizaron identificados plenamente por sus huellas dactilares usurpando votos. Y el tercer resultado posible sería la existencia de un fraude masivo, lo cual generaría la anulación y repetición de la elección parcial o totalmente.
12. Lamentablemente el Consejo, en la sesión que tuvimos el pasado jueves 30 no aprobó la revisión de fallecidos en los cuadernos, ni la entrega inmediata del reporte de incidencias del SAI.
14. Tengo que decir que la fragilidad del documento de identidad venezolano es notoria. Esa fragilidad es un punto débil en la cadena de confianza. Ni siquiera los rectores podemos afirmar si hubo o no algún grado de suplantación de identidad, hasta tanto no se activen las revisiones arriba indicadas (puntos 8 y 9). Solo estas revisiones puede determinarlo. Por esta razón exhorto a mis colegas a rectificar la negativa del pasado jueves 30 a mis propuestas y a emprender de inmediato estás actividades que irían en favor de la transparencia electoral.
Vicente Díaz
Rector Principal
Presidente de la Comisión de Participación Política y Financiamiento

domingo, 19 de mayo de 2013

LA USURPACIÓN DE IDENTIDAD EN EL SISTEMA ELECTORAL AUTOMATIZADO CON EL SISTEMA DE AUTENTICACIÓN INTEGRAL (SAI) DEL CNE


Miguel Cañas

Resumen
Un sistema electoral, por perfecto que sea, está sujeto a tres tipos de fraude que dependen del comportamiento humano: Coacción o sustitución del elector en el momento de seleccionar el voto; intimidación al elector para que no asista a votar en centros adversos; y usurpación de identidad. Las dos primeras son muy difíciles de probar a menos que el propio elector las denuncie. Para la tercera, se puede usurpar la identidad presentando un documento de identidad falso o, si hay complicidad en la mesa de votación, simplemente revisando el cuaderno de votación al final de la jornada electoral y votar por aquellos electores que no asistieron a ejercer su derecho al voto. El CNE, en un intento por minimizar el fraude por usurpación de identidad, incorporó un captahuellas a la Máquina de Votación el cual, por sí solo, no impide dicha usurpación pero registra las huellas de los electores que acuden a votar, de manera que, un análisis posterior y el castigo de aquellos que incurren en este tipo de delito, sí puede ayudar a resolver el problema. Si el CNE no hace el análisis de huellas, o no permite que los partidos opositores la hagan, entonces se estaría demostrando que el captahuellas se incorporó a la Máquina de Votación solo para amedrentar a los electores opositores vulnerables (empleados de gobierno, beneficiarios de misiones, etc).


En Mayo de 2011 el CNE anunció que la Plataforma Informática Electoral incluiría en la Máquina de Votación el Cuaderno de Votación Electrónico y la captahuellas de manera de asegurar un-elector-un-voto. El CNE realizó una enorme inversión en tiempo, recursos humanos y sobre todo una inmensa cantidad de fondos públicos, rediseñando todo el sistema de voto electrónico, a fin de incluir esta nueva capacidad de autenticación del elector.

Este sistema soñado nunca llegó a materializarse y lo que al final se logró fue crear un sistema con un alto grado de intimidación y sospechas de que se hacía para violar el secreto del voto. Después un año de trabajo, finalmente el CNE permitió ver lo que había desarrollado, en la oportunidad de las auditorías técnicas correspondientes a la elección Presidencial del 7O 2012, y se pudo comprobar que la integración de la captahuellas a la máquina de votación no impedía que una persona, electora o no de una mesa, pudiera votar varias veces.

Durante dichas auditorías se pudo comprobar que el nuevo sistema preservaba sus características principales:
a) Respeto a la voluntad del elector.
b) Impresión de acta en cero.
b) Exactitud en su escrutinio.
c) Impresión de acta de escrutinio automáticamente al cerrar la mesa.
d) Impide la transmisión de resultados antes de imprimir el acta.
e) Se preserva el secreto del voto.

Sin embargo, la tan soñada y cacareada característica de un-elector-un-voto no se cumplió debido a que un alto porcentaje de electores, mayor al 10%, no podía ser comparado exitosamente a su propia huella, sumado al hecho de que el 8% de los electores no poseían una huella digitalizada con calidad suficiente para ser utilizada en un sistema electrónico.

Al final del día, la máquina de votación que incorpora el Sistema de Autenticación Integral (SAI) permite votar a toda persona, elector o no de la mesa, inscrito o no en el RE, independiente de que tenga o no huellas almacenadas en la máquina o que la huella real de su dedo sea autenticada exitosamente contra la huella almacenada. Lo que sí hace la máquina con SAI es evitar que, en una misma máquina, un elector que ya haya votado pueda votar de nuevo con la misma huella. Siempre puede volver a hacerlo en la misma máquina con una huella de los dedos restantes de la mano, siempre que no sea su otro dedo pulgar. Igualmente, un elector puede votar en diferentes máquinas del mismo o diferente centro. Si el elector no posee miembros superiores el Presidente de la mesa autoriza a votar al elector utilizando una clave y colocando su propia huella. En cada caso, la forma en que la huella fue autenticada, a saber: Coincide, No Coincide, Sin Huellas Almacenadas, Sin Miembros Superiores, se almacena en la memoria de la máquina y al cierre de la elección se transmiten al CNE. Estas incidencias, al igual que la huella capturada, también son almacenadas en la máquina para futuro uso. Vale la pena reiterar que durante las auditorías se demostró que no existe relación entre el voto y la huella o incidencias por lo que se preserva el secreto del voto.

La pregunta que se hará el lector es ¿Porqué el CNE impuso el captahuellas integrado a la Máquina de Votación, o SAI, si no garantiza un-elector-un-voto tal como lo ofreció originalmente? La respuesta más sencilla e inmediata es que se quería intimidar al elector sobre el secreto del voto y, además, la incertidumbre que produce en muchas personas el uso de este sofisticado sistema electoral, hace que pidan o requieran de ayuda para votar, dando oportunidad a que muchos electores puedan ser coaccionados en el momento de votar. Sin embargo, como se dijo anteriormente, el sistema almacena todas las incidencias y huellas capturadas durante la autenticación, pudiendo poner en evidencia un posible fraude electoral por usurpación de identidad en aquellas mesas con incidencias mayor de lo normal. Un análisis posterior de las huellas podría determinar inequívocamente quiénes votaron usurpando identidad y ser enjuiciados por este delito electoral. Hasta el momento no se sabe si el CNE ha procedido a aplicar la Ley por este tipo de delito electoral. Si lo hiciera, el delito por usurpación de identidad desapareciera o fuera mínimo.

Después de todo, si descartamos la intimidación sobre el secreto del voto, el Sistema Electoral con el SAI tiene ventajas que deben ser analizadas seriamente. Para poder apreciar las ventajas de un sistema con cuaderno electrónico y captahuellas incorporado, es útil hacer una simple comparación con sistemas manuales o electrónicos sin captahuellas. Un sistema manual permite votar a cualquier persona sin otra limitación, en el caso venezolano, que la de presentar la cédula de identidad para poder ser ubicado en el cuaderno de votación. Es muy difícil asegurar que una persona es o no la misma de la cédula, salvo en casos extremos, hombre por mujer, joven por anciano, etc. Ahora bien, si en un centro electoral hay testigos de un solo candidato y los miembros de mesa no lo impiden, el sistema manual permite llenar el acta adjudicando todos los votos de la mesa a un solo candidato y, si se tiene cuidado con llenar las papeletas correspondientes y meterlas en la caja de resguardo o urna electoral y rellenar el cuaderno de votación con firmas y huellas falsas, no hay manera de poder probar a ojo este tipo de fraude, a menos que el cuaderno se someta al estudio de grafólogos y dactiloscopistas entrenados a tal fin. Esto es lo que se denomina popularmente como acta-mata-voto, una de las principales debilidades de  los sistemas de votación manuales, mientras que un sistema electrónico como el venezolano no permite que se modifique el acta una vez impresa.

En el caso de un sistema electrónico automático como el utilizado por el CNE desde el Referendo Revocatorio del 2004 hasta las elecciones Parlamentarias del 2010, como se dijo antes, no permitía el acta-mata-voto pero, cualquier persona que contara con la complicidad de testigos y miembros de mesa, podía meter todos los votos de una máquina de votación, inclusive, sin saber las cédulas de los electores. Solo bastaba apretar el botón que activa la máquina tantas veces como electores pertenezcan a la mesa. Este sistema, como lo conocimos hasta el 2010, se podía votar a razón de 3 votos por minuto, con lo cual a una máquina con un mayor número de electores (600), se podían meter todos los votos en menos de 4 horas. Si todas las boletas impresas se introducían en la caja de resguardo o urna electoral y se tenía cuidado de rellenar el cuaderno electoral con firmas y huellas, era prácticamente imposible demostrar el fraude a ojo. Solo expertos grafólogos y dactiloscopistas podrían detectar este tipo de fraude revisando detalladamente el cuaderno de votación. Para una persona sin entrenamiento sería muy difícil asegurar que una firma es plana o que una huella no coincide con la del elector. Esto último no debe ser excusa para que el CNE se niegue a que los cuadernos se revisen con todo detalle durante las auditorías posteriores pues, a simple ojo, se pueden comprobar si electores de los que se posea partida de defunción aparecen votando al igual que electores homónimos, o si la cantidad de votantes del cuaderno no coincide con la cantidad de votantes del acta de escrutinio y comprobantes de voto en la caja de resguardo.

El nuevo sistema electoral automatizado del CNE con el cuaderno electrónico y captahuellas incorporado, SAI, tiene la particularidad que para activar la máquina se requiere de una huella, legítima o no. La única limitación es que esa misma huella no haya sido usada antes en la misma máquina. La huella puede ser de cualquiera de los dedos de las dos manos. Si un elector legítimo vota en una máquina debe presentar el dedo pulgar indicado por el operador según se indica en la pantalla del SAI. Si el elector presenta otro dedo cuya huella no esté registrada también puede votar. No hay manera de que el sistema sepa cuál dedo está presentando el elector, razón por la cual se les pide a los miembros de mesa y testigos que estén pendientes de las instrucciones que el operador debe dar al elector siguiendo las indicaciones que aparecen en la pantalla del SAI. A pesar de que el sistema SAI sea usado correctamente, está sujeto que falle con un alto número de electores (cercano al 10%) de manera permanente (la edad y algunos trabajos manuales arruinan las huellas).  Es por esto por lo que, sumado a la falta de huellas,  el CNE tuvo que reducir las exigencias y permitir que todo elector vote sin estar firmando planillas, como se anunció originalmente, coincida o no la huella, o no tenga huella almacenada en la máquina, o no pueda presentarla por no tenerla.

Si comparamos con el sistema manual o el electrónico sin captahuellas, los cuales permiten votar a cualquier elector, legítimo o no de la mesa, no podemos saltar de inmediato a conclusiones que el sistema con cuaderno electrónico y captahuellas incorporado sea más fraudulento porque permita votar a los mismos electores en las mismas condiciones que los otros sistemas. En todo caso podemos señalar al CNE de no ser sincero al decir inicialmente que el sistema aseguraba un-elector-un-voto y luego no aclarar el tema, como tampoco aclaró de manera creíble que el sistema sí respetaba el secreto del voto. Pero el nuevo sistema con SAI sí nos ofrece algo adicional: registra las huellas de todos los electores que efectivamente sufragaron, en forma legítima o no. El adecuado procesamiento y divulgación de esta  información es esencial para  poder detectar, con evidencia en mano, posibles fraudes electorales, de forma contundente.

Como conclusión, podemos asegurar que el sistema electrónico del CNE con cuaderno electrónico y captahuellas incorporada, SAI, tal como se ha usado en las elecciones del 7O,  16D y 14A, no impide que una persona, electora o no de una mesa, vote más de una vez en la misma o diferentes mesas, usando varias huellas de dedos diferentes de las manos. El sistema tiene características que impide que una sola persona pueda meter todos los votos de la mesa. Para meter todos los votos de la mesa se requiere complicidad de otras personas, electoras o no de la mesa, que coloquen sus huellas. En todo caso, y tal como se ya se ha mencionado, todas las incidencias y huellas utilizadas quedan grabadas y pueden ser utilizadas posteriormente para determinar delitos electorales y, en consecuencia, la legitimidad de una elección. Las incidencias producidas durante la autenticación de cada elector (Coincide, No Coincide, Sin Huellas Almacenadas, Sin Miembros Superiores) son transmitidas al CNE al momento de transmitir el acta de escrutinio, por lo que están disponibles para ser usadas en las auditorías posteriores, pero el CNE no ha permitido que esa información se use por los partidos de oposición. En sustitución el CNE ha ofrecido las incidencias agregadas por Municipio pero esto es inaceptable pues las incidencias empiezan a ser de utilidad si se entregan agregadas máximo por mesa. Por otro lado, las huellas con las que elector votó deben ser extraídas de las máquinas de votación una vez se haga el repliegue de las mismas. Un análisis de duplicidad de huellas puede tomar dos o más semanas de tiempo a una computadora bastante poderosa y la participación de dactiloscopistas y, en consecuencia, el CNE ha usado la excusa de este largo tiempo para no entregarlas nunca. El lector puede sacar sus propias conclusiones.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

VENEZUELA: ¿Voto Manual o Voto Electrónico?


Mario Torre

Desde 1998, el voto para las elecciones de autoridades en Venezuela es automatizado, el cual surgió de una importante presión de la sociedad civil plasmada en la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política, aprobada en 1997. El artículo 154 de la ley indica claramente: “el proceso de votación, escrutinio, totalización y adjudicación será totalmente automatizado”.

Este cambio en la forma como el voto de los electores es registrado y contabilizado no es exclusivo de nuestro país. Muchos países han adoptado el voto automatizado. En Latinoamérica, Brasil ha sido vanguardia en este aspecto, implantando el voto electrónico desde 1984. En las recientes elecciones presidenciales en los Estados Unidos, 62% de los electores votaron con máquinas de votación electrónica, y 99.5% de los votos fueron contados utilizando sistemas electrónicos[1]. Sin embargo, otros países no lo hacen así. En Alemania, la Corte Constitucional Federal declaró inconstitucional el uso de “aparatos electorales orientados por computador” en la votación y el escrutinio (Sentencia del Segundo Senado, 3 de marzo de 2009)[2].

En primer lugar, podemos establecer que todo sistema de votación (manual o electrónico) debe proporcionar las siguientes garantías:

a) Respeto a la selección del votante: El Sistema debe contabilizar correctamente la selección del elector.
b) Asegurar secreto del voto: La selección realizada por el votante es secreta, y no debe ser relacionada con su identidad.
c) Debe ser de fácil operación, a fin de que el elector pueda ejercer su derecho con comodidad y mínimo esfuerzo, aun en condiciones de discapacidad.
d) No debe permitir la coacción ni otra forma de intromisión.
e) Asegurar que un elector emita su voto una sola vez: No debe permitir que una persona no habilitada para votar lo haga o usurpe la identidad de otra
f) Debe realizar el conteo exacto de todas las opciones seleccionadas por los electores.
g) Debe proporcionar el escrutinio dentro del  mínimo tiempo posible.
h) Debe ser seguro: incorporar mecanismos que impidan la alteración de resultados, o que estos sean detectados si ocurren.
i) Debe ser auditable, a través de evidencias verificables que puedan garantizar que  funciona correctamente, dentro de los parámetros previstos en la ley.

En el voto manual, el elector simplemente marca su selección en una boleta o forma, con un lápiz, marcador o sello. El escrutinio se realiza mediante el conteo manual de cada una de estas boletas, ya marcadas, después del cierre de la mesa de votación.  Este conteo es realizado por los miembros de mesa, y observado por los testigos acreditados para presenciar el acto. Generalmente, el acto de escrutinio es un acto público. Después de finalizar el escrutinio, los resultados son transcritos, manualmente, a un acta, en donde se refleja el conteo de votos de cada uno de los candidatos que estaban en competencia para cada cargo, en esa mesa. Todas las actas, provenientes de las mesas de votación, son llevadas a centros del organismo electoral en los distintos niveles: distrital, municipal y estatal. En cada nivel, se realiza un escrutinio parcial de resultados, que son posteriormente transportados al nivel inmediatamente superior. Finalmente, los escrutinios estatales son consolidados nacionalmente, de donde se obtiene los resultados totales definitivos.

En el voto manual, la transmisión de la información electoral pasa, de las boletas marcadas por los votantes, a las actas, y a la consolidación de estas actas en los niveles municipal, estatal y nacional, todo mediante el movimiento físico de formatos que son transcritos por miembros de mesa, por miembros de juntas electorales (municipales, regionales y nacionales) y por funcionarios del organismo electoral. Los votos son contados, transcritos, sumados, por múltiples personas que intervienen en el proceso de conteo, escrutinio y obtención de resultados.

En el voto electrónico, el elector se enfrenta, en esencia, a un computador. Éste le presenta, a través de una pantalla táctil (en la mayoría de los casos), los distintos candidatos u opciones en competencia, a fin de que el votante haga, tocando esta pantalla, la selección de su interés. Tan pronto como el elector finaliza su elección, la máquina registra en memoria el voto emitido, asegurándose que tal registro se realiza sin guardar secuencia alguna, y que el mismo no se asocia con la identidad del elector que lo emitió.  En muchos casos (como  en el caso de los equipos utilizados en Venezuela), el equipo imprime un comprobante, el cual refleja la selección realizada por el votante. Este comprobante es depositado por el mismo votante en una urna o caja de resguardo.

A diferencia del voto manual, en la máquina electrónica los votos  son registrados y contados digitalmente a través de su programa de aplicación, que se ejecuta dentro de esta misma máquina.  Es la máquina de votación la que realiza el escrutinio, contando con exactitud cada uno de los votos electrónicos almacenados en su memoria. No hay conteo físico de votos. Al final del escrutinio, imprime un acta que muestra claramente los resultados de tal conteo, a fin de que los miembros de mesa puedan constatarlo y anunciarlo públicamente. En aquellas máquinas de votación que imprimen un comprobante, éstos se depositan en la caja de resguardo, y su conteo debe coincidir con la información impresa en el acta. Copias de las actas de escrutinio se entregan a los testigos presentes.

Después del escrutinio, la máquina de votación transmite los resultados del acta a un centro de cómputo o de totalización. Esta transmisión se realiza utilizando algoritmos de seguridad para la protección de los datos que se transmiten, y para impedir que éstos puedan ser cambiados durante el tiempo de transmisión. Es este centro de totalización, por medio de computadores, el que suma todas las actas, y el que finalmente genera un boletín de resultados. En muchos casos, como Venezuela, no hay conteos distritales, municipales o estatales de las actas. Todas ellas se cuentan en un único punto del sistema, que es precisamente el centro de totalización. El centro de totalización publica los resultados (por mesa), los cuales pueden ser revisados y cotejados por los testigos, quienes tienen copias de las actas generadas por las máquinas de votación durante el escrutinio local.

En el sistema de voto electrónico, el escrutinio en la mesa, la transmisión de la información y la generación del boletín final no depende de personas. Todo lo hacen computadores, tanto en la mesa, como en el centro de totalización.

¿Cuál de los dos sistemas es el más seguro? ¿El sistema de votación manual o el automatizado?  Resulta evidente que el sistema de voto manual tiene una gran ventaja: es fácilmente entendible por cualquier persona. Es un acto simple de contar boletas o papeletas, y reflejar tales cuentas en una hoja de papel. También es fácilmente auditable: los testigos pueden observar el conteo de las boletas y cómo los resultados son transcritos en las actas. Una de sus desventajas es el tiempo para ofrecer resultados: dado que debe hacerse el conteo en todos los niveles de la jerarquía estatal, el tiempo para finalmente obtener resultados definitivos a nivel nacional puede tomarse días. En aquellos países con sistema  de votación manual, los primeros resultados son producto de conteos rápidos basados en métodos estadísticos.

Debilidades del Voto Manual

Pero, más allá de sus ventajas o desventajas, el sistema de voto manual tiene una debilidad fundamental: no puede garantizar que el voto emitido por el votante sea preservado y que llegue a ser sumado en los resultados. En el voto manual,  no se puede asegurar que las actas, que se llenan manualmente, reflejen exactamente la cantidad de votos que fueron realmente emitidos en una mesa.
En otras palabras, el conteo de votos y su transcripción al acta será fidedigna en la medida en que estén presentes testigos de todas las organizaciones políticas o de los candidatos que están compitiendo en la contienda electoral en tal mesa. Si tan solo uno de ellos no está presente, los votos obtenidos por la opción sin testigos pueden ser fácilmente sumados a otras opciones, o simplemente “desaparecidos”, por conveniencia o negociación entre los miembros de mesa y los testigos presentes. Este comportamiento, que en ciertos países puede ser impensable, es muy común en Venezuela, acuñándose la famosa frase “Acta mata voto”. 
En el sistema de voto manual, más allá de lo que ocurre en la mesa, las actas son posteriormente sumadas en los centros de conteo municipales y estatales, en donde, también la ausencia de testigos de algunas toldas políticas hacía que los votos obtenidos por tales toldas fueran “transferidos” a otras opciones o candidatos. Los votos emitidos a los partidos o candidatos que eran incapaces de tener testigos en todas las mesas, y en las juntas municipales o regionales,  en muchos casos eran simplemente escamoteados, sin que hubiera forma de evitarlo.
El sistema de voto manual no posee un mecanismo adecuado para asegurar la preservación de la voluntad del elector, o sea su voto, a través de todo el recorrido que este voto hace desde la mesa de votación hasta el boletín de resultados. Además, los errores humanos de cálculo y transcripción aparecen con demasiada frecuencia bajo este sistema. Es importante destacar que el voto manual es considerado confiable únicamente en aquellos países con una cultura política en que la honestidad es un valor profundamente arraigado.
Este problema con el voto manual fue endémico en nuestro país por muchos años, y fue la principal razón por la que, en 1997, se aprobara la Ley de Sufragio antes referida, obligando a la adopción del voto automatizado.
En el voto electrónico, en cambio, se preserva la voluntad del elector, desde la emisión del voto, hasta el resultado en el boletín de totalización, siempre que el sistema esté implementado bajo técnicas de alta seguridad de datos, y que todos los programas y componentes sean previa y adecuadamente auditados. El transporte de ese voto, independiente de la organización política a la que pertenezca, e independiente a la presencia de sus testigos en cualquiera de las fases de escrutinio del sistema, está garantizado por el mismo sistema.  Además, tiene una ventaja muy importante: el resultado oficial definitivo de cualquier elección puede ser notificado al público en pocas horas. A esto se le añade la facilidad con que el elector puede emitir su voto, aun en condiciones de discapacidad.

Debilidades del Voto Electrónico

El voto electrónico, no obstante, cuenta con una debilidad: desconfianza. En el voto electrónico, a diferencia del voto manual, el elector común no entiende exactamente qué es lo que pasa: el voto es almacenado digitalmente, contado y transmitido de un computador (máquina de votación) a otro (centro de totalización) sin que nadie pueda “ver el proceso”. Esta aparente “falta de transparencia” hace que muchos electores sientan temor por cuál es el destino que finalmente tiene su voto. A esto se añade el hecho de que, dado que se están utilizando medios computacionales, los electores temen que estos sistemas sean adulterados por “hackers” que pueden cambiar los resultados. En el caso de Venezuela, se añade la desconfianza que tiene un buen porcentaje de electores en el Consejo Nacional Electoral (CNE), que es el ente operador y administrador del sistema de voto electrónico.

Sin embargo, en Venezuela el voto electrónico ha demostrado ser mucho más confiable, y más seguro que el voto manual. Las razones que soportan esta aseveración son las siguientes:

a) Todo el sistema de voto electrónico, incluyendo máquinas de votación, sistema de telecomunicaciones y centro de totalización es sometido a una serie de auditorías técnicas, realizadas por técnicos acreditados por las organizaciones políticas. Existen profesionales y técnicos  venezolanos que se dedican a esta labor específica, y revisan exhaustivamente cada programa de aplicación, cada componente y la configuración de cada equipo que interviene en el sistema. Están presentes en todo el proceso de  configuración y programación de cada una de las máquinas de votación que se usan en cada evento electoral,  y son testigos en el centro de totalización el día de las elecciones.

Las auditorías de programas de las máquinas de votación antes de la producción, y durante auditoría de producción y pre-despacho, así como la auditoría de los programas de  totalización y de la infraestructura de transmisión, han permitido verificar que el sistema de votación desarrollado preserva todas las características de un sistema seguro. Complementario con lo anterior, estos auditores, conjuntamente con el organismo electoral y en presencia de observadores nacionales e internacionales, también realizan, días después de culminado el evento electoral, una auditoría de mesas escogidas al azar. En cada una de estas mesas, se revisa que las boletas impresas en las cajas de resguardo coincidan con los resultados en las actas.

Todas estas actividades se realizan, una y otra vez, antes de cada evento electoral. Los auditores siempre han podido comprobar que el sistema de voto electrónico cumple con los requisitos de confiabilidad, exactitud y seguridad requeridos para la elección.

b) A pesar de la rigurosidad de las auditorías, es posible que alguien piense que se pueden cambiar las máquinas en el camino después de producidas y ser utilizadas el día de la elección. Por esta razón, se le pide a los ciudadanos, miembros de mesa y testigos que verifiquen el riguroso cumplimiento de ciertas condiciones mínimas, tales como la impresión del voto y revisión por el elector, la desconexión de la máquina de la línea de trasmisión durante toda la elección, y la impresión del acta al cerrar la mesa. Además, al final del cierre de todas las mesas de un centro de votación, se realiza la Verificación Ciudadana, cuando los miembros de mesa, en presencia de testigos, seleccionan aleatoriamente un porcentaje de mesas (54% a nivel nacional) cuyas cajas de resguardo son abiertas, sus comprobantes contados y los resultados obtenidos comparados contra el acta de escrutinio impreso por la máquina de votación de las mesas correspondientes. En todas las verificaciones ciudadanas realizadas hasta este momento no se ha encontrado diferencias entre las actas impresas y el contenido de las cajas pero se debe insistir en la importancia de que la misma se realice.

Las auditorías técnicas, realizadas antes, durante y después del evento electoral son la forma de asegurar que el sistema funciona adecuadamente, dentro de los cánones de seguridad en el procesamiento y transmisión de información electoral, y que se preserva la voluntad del elector y el secreto del voto. Es por ello que deben hacerse siempre, para cada elección. Pero, adicionalmente a estos procedimientos tecnológicos, la Verificación Ciudadana consiste en una garantía adicional, porque permite a los electores, testigos, miembros de mesa y a las organizaciones políticas garantizar la auditabilidad y trazabilidad (capacidad de seguir rastro o pista del voto) del sistema de votación y de los resultados que de este sistema se obtienen.

En conclusión, cada sistema de votación tiene sus ventajas y desventajas, dependiendo del país en donde éstos sean utilizados. Cada nación tiene problemas y situaciones muy específicas que hacen que uno u otro sistema puedan ser utilizados. Hay muchos países que han adoptado el voto electrónico, otros han preferido mantener el voto manual. Pero es importante destacar que la realidad de un país, como puede ser Alemania, en la que difícilmente se concibe que un ciudadano pueda alterar el contenido de un acta manual, es distinto a la realidad de otro país, en el que el dicho “acta mata voto” era una práctica muy común, como es el caso de Venezuela. En esta situación concreta, hay fundadas razones para afirmar que el voto electrónico es el que mejor asegura y preserva la voluntad popular.








[1] Key Facts for 2012 | Verified Voting, https://www.verifiedvoting.org/key-facts-2012/