miércoles, 28 de noviembre de 2012

VENEZUELA: ¿Voto Manual o Voto Electrónico?


Mario Torre

Desde 1998, el voto para las elecciones de autoridades en Venezuela es automatizado, el cual surgió de una importante presión de la sociedad civil plasmada en la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política, aprobada en 1997. El artículo 154 de la ley indica claramente: “el proceso de votación, escrutinio, totalización y adjudicación será totalmente automatizado”.

Este cambio en la forma como el voto de los electores es registrado y contabilizado no es exclusivo de nuestro país. Muchos países han adoptado el voto automatizado. En Latinoamérica, Brasil ha sido vanguardia en este aspecto, implantando el voto electrónico desde 1984. En las recientes elecciones presidenciales en los Estados Unidos, 62% de los electores votaron con máquinas de votación electrónica, y 99.5% de los votos fueron contados utilizando sistemas electrónicos[1]. Sin embargo, otros países no lo hacen así. En Alemania, la Corte Constitucional Federal declaró inconstitucional el uso de “aparatos electorales orientados por computador” en la votación y el escrutinio (Sentencia del Segundo Senado, 3 de marzo de 2009)[2].

En primer lugar, podemos establecer que todo sistema de votación (manual o electrónico) debe proporcionar las siguientes garantías:

a) Respeto a la selección del votante: El Sistema debe contabilizar correctamente la selección del elector.
b) Asegurar secreto del voto: La selección realizada por el votante es secreta, y no debe ser relacionada con su identidad.
c) Debe ser de fácil operación, a fin de que el elector pueda ejercer su derecho con comodidad y mínimo esfuerzo, aun en condiciones de discapacidad.
d) No debe permitir la coacción ni otra forma de intromisión.
e) Asegurar que un elector emita su voto una sola vez: No debe permitir que una persona no habilitada para votar lo haga o usurpe la identidad de otra
f) Debe realizar el conteo exacto de todas las opciones seleccionadas por los electores.
g) Debe proporcionar el escrutinio dentro del  mínimo tiempo posible.
h) Debe ser seguro: incorporar mecanismos que impidan la alteración de resultados, o que estos sean detectados si ocurren.
i) Debe ser auditable, a través de evidencias verificables que puedan garantizar que  funciona correctamente, dentro de los parámetros previstos en la ley.

En el voto manual, el elector simplemente marca su selección en una boleta o forma, con un lápiz, marcador o sello. El escrutinio se realiza mediante el conteo manual de cada una de estas boletas, ya marcadas, después del cierre de la mesa de votación.  Este conteo es realizado por los miembros de mesa, y observado por los testigos acreditados para presenciar el acto. Generalmente, el acto de escrutinio es un acto público. Después de finalizar el escrutinio, los resultados son transcritos, manualmente, a un acta, en donde se refleja el conteo de votos de cada uno de los candidatos que estaban en competencia para cada cargo, en esa mesa. Todas las actas, provenientes de las mesas de votación, son llevadas a centros del organismo electoral en los distintos niveles: distrital, municipal y estatal. En cada nivel, se realiza un escrutinio parcial de resultados, que son posteriormente transportados al nivel inmediatamente superior. Finalmente, los escrutinios estatales son consolidados nacionalmente, de donde se obtiene los resultados totales definitivos.

En el voto manual, la transmisión de la información electoral pasa, de las boletas marcadas por los votantes, a las actas, y a la consolidación de estas actas en los niveles municipal, estatal y nacional, todo mediante el movimiento físico de formatos que son transcritos por miembros de mesa, por miembros de juntas electorales (municipales, regionales y nacionales) y por funcionarios del organismo electoral. Los votos son contados, transcritos, sumados, por múltiples personas que intervienen en el proceso de conteo, escrutinio y obtención de resultados.

En el voto electrónico, el elector se enfrenta, en esencia, a un computador. Éste le presenta, a través de una pantalla táctil (en la mayoría de los casos), los distintos candidatos u opciones en competencia, a fin de que el votante haga, tocando esta pantalla, la selección de su interés. Tan pronto como el elector finaliza su elección, la máquina registra en memoria el voto emitido, asegurándose que tal registro se realiza sin guardar secuencia alguna, y que el mismo no se asocia con la identidad del elector que lo emitió.  En muchos casos (como  en el caso de los equipos utilizados en Venezuela), el equipo imprime un comprobante, el cual refleja la selección realizada por el votante. Este comprobante es depositado por el mismo votante en una urna o caja de resguardo.

A diferencia del voto manual, en la máquina electrónica los votos  son registrados y contados digitalmente a través de su programa de aplicación, que se ejecuta dentro de esta misma máquina.  Es la máquina de votación la que realiza el escrutinio, contando con exactitud cada uno de los votos electrónicos almacenados en su memoria. No hay conteo físico de votos. Al final del escrutinio, imprime un acta que muestra claramente los resultados de tal conteo, a fin de que los miembros de mesa puedan constatarlo y anunciarlo públicamente. En aquellas máquinas de votación que imprimen un comprobante, éstos se depositan en la caja de resguardo, y su conteo debe coincidir con la información impresa en el acta. Copias de las actas de escrutinio se entregan a los testigos presentes.

Después del escrutinio, la máquina de votación transmite los resultados del acta a un centro de cómputo o de totalización. Esta transmisión se realiza utilizando algoritmos de seguridad para la protección de los datos que se transmiten, y para impedir que éstos puedan ser cambiados durante el tiempo de transmisión. Es este centro de totalización, por medio de computadores, el que suma todas las actas, y el que finalmente genera un boletín de resultados. En muchos casos, como Venezuela, no hay conteos distritales, municipales o estatales de las actas. Todas ellas se cuentan en un único punto del sistema, que es precisamente el centro de totalización. El centro de totalización publica los resultados (por mesa), los cuales pueden ser revisados y cotejados por los testigos, quienes tienen copias de las actas generadas por las máquinas de votación durante el escrutinio local.

En el sistema de voto electrónico, el escrutinio en la mesa, la transmisión de la información y la generación del boletín final no depende de personas. Todo lo hacen computadores, tanto en la mesa, como en el centro de totalización.

¿Cuál de los dos sistemas es el más seguro? ¿El sistema de votación manual o el automatizado?  Resulta evidente que el sistema de voto manual tiene una gran ventaja: es fácilmente entendible por cualquier persona. Es un acto simple de contar boletas o papeletas, y reflejar tales cuentas en una hoja de papel. También es fácilmente auditable: los testigos pueden observar el conteo de las boletas y cómo los resultados son transcritos en las actas. Una de sus desventajas es el tiempo para ofrecer resultados: dado que debe hacerse el conteo en todos los niveles de la jerarquía estatal, el tiempo para finalmente obtener resultados definitivos a nivel nacional puede tomarse días. En aquellos países con sistema  de votación manual, los primeros resultados son producto de conteos rápidos basados en métodos estadísticos.

Debilidades del Voto Manual

Pero, más allá de sus ventajas o desventajas, el sistema de voto manual tiene una debilidad fundamental: no puede garantizar que el voto emitido por el votante sea preservado y que llegue a ser sumado en los resultados. En el voto manual,  no se puede asegurar que las actas, que se llenan manualmente, reflejen exactamente la cantidad de votos que fueron realmente emitidos en una mesa.
En otras palabras, el conteo de votos y su transcripción al acta será fidedigna en la medida en que estén presentes testigos de todas las organizaciones políticas o de los candidatos que están compitiendo en la contienda electoral en tal mesa. Si tan solo uno de ellos no está presente, los votos obtenidos por la opción sin testigos pueden ser fácilmente sumados a otras opciones, o simplemente “desaparecidos”, por conveniencia o negociación entre los miembros de mesa y los testigos presentes. Este comportamiento, que en ciertos países puede ser impensable, es muy común en Venezuela, acuñándose la famosa frase “Acta mata voto”. 
En el sistema de voto manual, más allá de lo que ocurre en la mesa, las actas son posteriormente sumadas en los centros de conteo municipales y estatales, en donde, también la ausencia de testigos de algunas toldas políticas hacía que los votos obtenidos por tales toldas fueran “transferidos” a otras opciones o candidatos. Los votos emitidos a los partidos o candidatos que eran incapaces de tener testigos en todas las mesas, y en las juntas municipales o regionales,  en muchos casos eran simplemente escamoteados, sin que hubiera forma de evitarlo.
El sistema de voto manual no posee un mecanismo adecuado para asegurar la preservación de la voluntad del elector, o sea su voto, a través de todo el recorrido que este voto hace desde la mesa de votación hasta el boletín de resultados. Además, los errores humanos de cálculo y transcripción aparecen con demasiada frecuencia bajo este sistema. Es importante destacar que el voto manual es considerado confiable únicamente en aquellos países con una cultura política en que la honestidad es un valor profundamente arraigado.
Este problema con el voto manual fue endémico en nuestro país por muchos años, y fue la principal razón por la que, en 1997, se aprobara la Ley de Sufragio antes referida, obligando a la adopción del voto automatizado.
En el voto electrónico, en cambio, se preserva la voluntad del elector, desde la emisión del voto, hasta el resultado en el boletín de totalización, siempre que el sistema esté implementado bajo técnicas de alta seguridad de datos, y que todos los programas y componentes sean previa y adecuadamente auditados. El transporte de ese voto, independiente de la organización política a la que pertenezca, e independiente a la presencia de sus testigos en cualquiera de las fases de escrutinio del sistema, está garantizado por el mismo sistema.  Además, tiene una ventaja muy importante: el resultado oficial definitivo de cualquier elección puede ser notificado al público en pocas horas. A esto se le añade la facilidad con que el elector puede emitir su voto, aun en condiciones de discapacidad.

Debilidades del Voto Electrónico

El voto electrónico, no obstante, cuenta con una debilidad: desconfianza. En el voto electrónico, a diferencia del voto manual, el elector común no entiende exactamente qué es lo que pasa: el voto es almacenado digitalmente, contado y transmitido de un computador (máquina de votación) a otro (centro de totalización) sin que nadie pueda “ver el proceso”. Esta aparente “falta de transparencia” hace que muchos electores sientan temor por cuál es el destino que finalmente tiene su voto. A esto se añade el hecho de que, dado que se están utilizando medios computacionales, los electores temen que estos sistemas sean adulterados por “hackers” que pueden cambiar los resultados. En el caso de Venezuela, se añade la desconfianza que tiene un buen porcentaje de electores en el Consejo Nacional Electoral (CNE), que es el ente operador y administrador del sistema de voto electrónico.

Sin embargo, en Venezuela el voto electrónico ha demostrado ser mucho más confiable, y más seguro que el voto manual. Las razones que soportan esta aseveración son las siguientes:

a) Todo el sistema de voto electrónico, incluyendo máquinas de votación, sistema de telecomunicaciones y centro de totalización es sometido a una serie de auditorías técnicas, realizadas por técnicos acreditados por las organizaciones políticas. Existen profesionales y técnicos  venezolanos que se dedican a esta labor específica, y revisan exhaustivamente cada programa de aplicación, cada componente y la configuración de cada equipo que interviene en el sistema. Están presentes en todo el proceso de  configuración y programación de cada una de las máquinas de votación que se usan en cada evento electoral,  y son testigos en el centro de totalización el día de las elecciones.

Las auditorías de programas de las máquinas de votación antes de la producción, y durante auditoría de producción y pre-despacho, así como la auditoría de los programas de  totalización y de la infraestructura de transmisión, han permitido verificar que el sistema de votación desarrollado preserva todas las características de un sistema seguro. Complementario con lo anterior, estos auditores, conjuntamente con el organismo electoral y en presencia de observadores nacionales e internacionales, también realizan, días después de culminado el evento electoral, una auditoría de mesas escogidas al azar. En cada una de estas mesas, se revisa que las boletas impresas en las cajas de resguardo coincidan con los resultados en las actas.

Todas estas actividades se realizan, una y otra vez, antes de cada evento electoral. Los auditores siempre han podido comprobar que el sistema de voto electrónico cumple con los requisitos de confiabilidad, exactitud y seguridad requeridos para la elección.

b) A pesar de la rigurosidad de las auditorías, es posible que alguien piense que se pueden cambiar las máquinas en el camino después de producidas y ser utilizadas el día de la elección. Por esta razón, se le pide a los ciudadanos, miembros de mesa y testigos que verifiquen el riguroso cumplimiento de ciertas condiciones mínimas, tales como la impresión del voto y revisión por el elector, la desconexión de la máquina de la línea de trasmisión durante toda la elección, y la impresión del acta al cerrar la mesa. Además, al final del cierre de todas las mesas de un centro de votación, se realiza la Verificación Ciudadana, cuando los miembros de mesa, en presencia de testigos, seleccionan aleatoriamente un porcentaje de mesas (54% a nivel nacional) cuyas cajas de resguardo son abiertas, sus comprobantes contados y los resultados obtenidos comparados contra el acta de escrutinio impreso por la máquina de votación de las mesas correspondientes. En todas las verificaciones ciudadanas realizadas hasta este momento no se ha encontrado diferencias entre las actas impresas y el contenido de las cajas pero se debe insistir en la importancia de que la misma se realice.

Las auditorías técnicas, realizadas antes, durante y después del evento electoral son la forma de asegurar que el sistema funciona adecuadamente, dentro de los cánones de seguridad en el procesamiento y transmisión de información electoral, y que se preserva la voluntad del elector y el secreto del voto. Es por ello que deben hacerse siempre, para cada elección. Pero, adicionalmente a estos procedimientos tecnológicos, la Verificación Ciudadana consiste en una garantía adicional, porque permite a los electores, testigos, miembros de mesa y a las organizaciones políticas garantizar la auditabilidad y trazabilidad (capacidad de seguir rastro o pista del voto) del sistema de votación y de los resultados que de este sistema se obtienen.

En conclusión, cada sistema de votación tiene sus ventajas y desventajas, dependiendo del país en donde éstos sean utilizados. Cada nación tiene problemas y situaciones muy específicas que hacen que uno u otro sistema puedan ser utilizados. Hay muchos países que han adoptado el voto electrónico, otros han preferido mantener el voto manual. Pero es importante destacar que la realidad de un país, como puede ser Alemania, en la que difícilmente se concibe que un ciudadano pueda alterar el contenido de un acta manual, es distinto a la realidad de otro país, en el que el dicho “acta mata voto” era una práctica muy común, como es el caso de Venezuela. En esta situación concreta, hay fundadas razones para afirmar que el voto electrónico es el que mejor asegura y preserva la voluntad popular.








[1] Key Facts for 2012 | Verified Voting, https://www.verifiedvoting.org/key-facts-2012/

miércoles, 31 de octubre de 2012

Ventajismo o Fraude - Mario Torre

Ventajismo o Fraude

Mario Torre

Después de las elecciones presidenciales del pasado 7 de Octubre, y del resultado obtenido de este evento electoral, han surgido muchas voces de supuestos "expertos" o "conocedores", declarando que tal resultado es producto de un fraude. Y, como base de tal aseveración, mencionan repetidamente los abusos y excesos cometidos tanto por el candidato oficialista, hoy presidente re-electo, como por toda la estructura estatal y por el partido oficialista. Denuncian que estos abusos constituyen un fraude, mezclando todos estos comportamientos abiertamente ventajistas con un supuesto fraude electrónico.

Esta confusión es, en mi concepto, dañina, y nos desvía de entender cuáles son las razones reales de este resultado electoral. La principal confusión está entre lo que entendemos como "ventajismo" y lo que entendemos por "fraude".

No es mi intención abrir una discusión semántica sobre ambos vocablos, es sólo la de exponer mi visión al respecto. Yo creo que sí hay una distinción clara entre ventajismo (obsceno, como muchos han mencionado) y fraude. Ventajismo es la utilización irresponsable y descarada de los recursos y facilidades de manejar los medios del Estado para favorecer la opción oficialista. El ventajismo es la utilización impúdica de los medios del Estado para aterrorizar, amedrentar, confundir a los electores. Ventajismo es el bloqueo mediático que se hizo en todos los medios públicos y la autocensura inducida en los medios privados para que no llegara el mensaje del candidato de la alternativa democrática a ciertos sectores de la población. Este inmenso ventajismo se realizó a la vista de todos. El ventajismo está plenamente documentado, existen claras evidencias de éste, y ha sido constatado tanto por observadores nacionales como internacionales. Debemos resaltar que, desde mucho antes del comienzo de la campaña, sabíamos a lo que nos enfrentábamos: A un gobierno/partido/estado con exceso de poder y carencia de escrúpulos, que pisotea los derechos de los ciudadanos y destruye la institucionalidad que se construyó durante muchos años con mucho esfuerzo y trabajo.

Fraude, por otro lado, es cambiar los resultados electorales a través de manipulaciones manuales o electrónicas, en forma oculta, y fuera de la vista de todos. El fraude se hace en secreto, a la sombra, a oscuras. En el sistema de votación automatizado no hubo fraude; se realizaron con precisión y profesionalismo todas las auditorías técnicas de ley; se recogieron las actas de más del 90% de las mesas, se hizo una importante cantidad de auditorías de verificación ciudadana, por testigos acreditados y adiestrados. No se detectó ni siquiera un acta que no coincidiese con el conteo de votos o con los resultados publicados por el CNE. Además se realizó una auditoría post-electoral, con base en una muestra aleatoria y representativa de 215 mesas, en la que se contaron nuevamente los votos, y se compararon con las actas de escrutinio de tales mesas y con los resultados electorales publicados, sin que se pueda apuntar ni a una sola disparidad. Existen otros estudios y controles realizados cuya reseña escapa a este espacio, pero que agregan evidencia a que no hubo fraude electrónico.

El pasado 7 de Octubre hubo ventajismo, abierto, claro, a la vista de todos, y como tal debe ser protestado y sancionado por el Órgano competente, como lo establecen reglamentos y ley Electoral; pero no hubo fraude. Los votos contabilizados por el Sistema de Voto Electrónico fueron los sufragados por electores debidamente registrados y con derecho a votar. El hecho de que hubo miles o millones de electores que ejercieron su voto por coacción, terror, o conveniencia, forma parte del ventajismo; pero estos votos fueron contados correctamente por un sistema de votación automatizado con el que no se cometió fraude. Esto lo podemos asegurar; tenemos las evidencias de que fue efectivamente así.

El hecho de que digamos que no hubo fraude electrónico no exime al CNE como una institución que, lamentablemente, permitió y avaló el ventajismo brutal a la que fue sometida la campaña electoral, contribuyendo a la destrucción de su propia imagen e institucionalidad. Tampoco podemos decir que el sistema de voto electrónico es inmune a fraudes. Lo que sí podemos asegurar es que si se realiza algún fraude en el sistema de voto electrónico, nosotros tenemos los controles y los mecanismos para detectarlo rápidamente. Y debemos permanecer vigilantes para que tales mecanismos sean mantenidos y profundizados.

Podemos asegurar que en las elecciones presidenciales del 7 de Octubre de 2012 no hubo fraude, se preservó el secreto del voto, pero sí hubo un claro y abierto ventajismo. Propongo que trabajemos juntos en denunciar, protestar, combatir este ventajismo aberrante, manteniendo vigilado el sistema de voto electrónico.
No hubo fraude, pero sí ventajismo. A eso nos volveremos a enfrentar el 16 de diciembre, y a las siguientes confrontaciones electorales del futuro, mientras este régimen prevalezca. Pero esencial es participar, de la única manera que conocemos los demócratas: con el voto. Activándonos para votar y defender nuestros votos, participando como testigos, movilizadores, motivadores, y formar parte de la fuerza que nos permitirá salir de este régimen en forma pacífica y democrática, y que no es de otra forma sino a través de la fuerza del voto.




sábado, 27 de octubre de 2012

Donde dije fraude, digo...


Donde dije fraude, digo...

JEAN MANINAT |  EL UNIVERSAL
viernes 26 de octubre de 2012 
Todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones y dudas sobre el proceso electoral del 07-O, y, por lo demás, sobre lo que nos dé la real gana. Nosotros hemos ejercido el nuestro, sin  intención de ofender, pero con muchos ánimos, también, de no dejar pasar una campaña destructiva contra Capriles y la MUD que comenzó apenas se supo el resultado final.

Algunos de los mensajes que han aparecido en las redes sociales contra Capriles y la MUD: ¡Capriles se vendió! ¡Los de la MUD son unos traidores! ¿Cuánto les pagaron? son canalladas alentadas por gente interesada, fuera y dentro del gobierno, que han logrado crear un incipiente movimiento de opinión abstencionista que, de no confrontarlo, puede hacer mucho daño en las elecciones regionales y en el ánimo democrático general.

En el ámbito de los medios de comunicación, varias de las voces más críticas, alguna con argumentos tan baladíes como que el "body lenguaje" de los miembros de la MUD demuestra autosuficiencia, son las mismas que alentaron el suicidio político más sonoro de la historia reciente: la abstención en las legislativas del 2005. Ciertamente, es una mera casualidad sin validez ontológica, diría mi profesor Juan Nuño, pero no deja de ser una curiosa coincidencia. Y hay que agradecer, sin duda, que los más genuinos hayan reconocido públicamente su desaguisado.

Es obvio  que nos estamos enfrentando a una poderosa maquinaria de Estado al servicio de ganar elecciones y perpetuarse en el poder. Es un dato que no va a variar, lamentablemente, así lo denunciemos hasta la saciedad de aquí a diciembre.

Pero aún así se logró obtener seis millones y medio de votos, lo que evidencia que la oposición fue capaz de avanzar y crecer aun sometida a condiciones groseramente desiguales. ¿Por qué los vendedores a domicilio del fraude no nos explican cómo se logró tamaña hazaña? ¿Por qué se ganó en algunos estados? ¡Recórcholis Robin, porque los andinos son más zamarros!

Ahora resulta que "fraude" es una categoría que todo lo engloba. "Técnicamente no hubo fraude, pero de que hubo fraude, hubo" nos dicen. Que es lo mismo que decir "de que vuelan, vuelan".  Fraude ahora es todo: esconderle la Barbie a la hermanita, decir mentiras en el confesionario, empujar a los compañeritos en el recreo, birlarle las cotufas a la novia cuando detiene el DVD para ir al baño.

O hubo fraude o no hubo.  No basta esconderse detrás de las faldas del ventajismo oficial para explicar por qué no se ganó y clamar que "las elecciones fueron y serán una porquería ya lo sé en el quinientos seis y en el dos mil también",  parodiando al filósofo Discepolo.

Acaso políticos tan avezados y con tantas elecciones ganadas y perdidas entre un carné de partido y otro; o analistas con tantas columnas encarnadas entre uña y tinta ¿sólo se dieron cuenta de que enfrentaban a un Estado arbitrario y sin escrúpulos a la ocho de la noche del 07-O?  ¡No mameyes mano! Dirían en México.

Resulta, ahora, que perdimos porque pusieron una estación informativa de más en la cadena de votar; o por el miedo a las captahuellas.  ¿Sabemos cuántos de los seis millones y medio que votaron por Capriles, eran funcionarios públicos sin miedo?  ¿Es cierta la fábula, digna del desembarco aliado en Normandía, de que el chavismo movilizó en menos de dos horas a un millón ochocientos mil personas para rematar la faena? ¿No será posible que mucha gente siga creyendo que vivimos en el mejor de los mundos; y si no lo cree, se hace como que lo cree para seguir pegado a la ubre? ¿No será que es necesario implicarse más en la política -sí, guácatela,  en la política- y excusarse menos? ¿Convencer y no insultar?

La discusión entre la oposición ha sido apasionada ¿Qué más cabe? Y al aire libre. Es una prueba más de energía democrática.  Si en el empeño algunas frases salpican tinta hacia quien no se debe, habrá que pedir excusas de antemano.

Pero los canallas que han intentado enlodar a la MUD y al candidato del cambio democrático -ellos saben quienes son- han perdido su tiempo. Muy a su pesar, la gente va a salir a votar el 16-D.

jueves, 25 de octubre de 2012

RESPUESTA A MICHAEL ROWAN

Estimado Sr. Rowan,
Me aventuro a escribirle en castellano, en la esperanza que me pueda entender en este idioma. Si no es así, por favor indíquelo y le vuelvo a escribir en inglés.

Mi nombre es Mario Torre, y soy miembro de una agrupación técnica denominada "Grupo de Seguimiento Técnico" o GST. Muy resumidamente, en este grupo nos hemos dedicado, desde 2005, al estudio, análisis y revisión del Sistema de Voto Electrónico en Venezuela. Hemos participado, acreditados adecuadamente por las organizaciones políticas de oposición, en todas las auditorías técnicas al Sistema de Voto Electrónico implementado por el CNE en Venezuela. Más específicamente, participamos en todas las auditorías técnicas correspondientes a las elecciones presidenciales del pasado 07 de Octubre.

El GST no tiene afiliación política alguna, ni estamos financiados por grupo político, económico y social alguno. Somos especialistas en el área y podemos decir, sin duda alguna, que conocemos el sistema de voto electrónico en Venezuela. En su artículo el "Misterio del 7-O" publicado el 16 de Octubre en El Universal, Ud. invoca a los conocedores de los procesos de totalización. Pues bien, sin pecar de una falsa modestia, nosotros somos estos conocedores.
El sistema funcionó adecuadamente. Pero más allá de que Ud. crea o no de mi palabra, tenemos evidencias y argumentos sólidos de que es así. Estoy a sus órdenes para que nos reunamos y podamos explicarles las evidencias a las que me estoy refiriendo. Quedo a la espera de su repuesta a este respecto.

Su articulo es correcto; hubo un ventajismo obsceno por parte del gobierno, pero le puedo asegurar que no hugo fraude electrónico y ciertamente tampoco se violó el secreto del voto. Esto no significa que el resultado final no esté abultado por todos los desafueros, violaciones a la ley, y demás canalladas que el gobierno hizo, y a las que se refiere Ud. en su artículo.

Reciba Ud. un cordial saludo,
Atentamente,
Mario Torre
RESPUESTA A MARIANELLA SALAZAR

Estimada Sra. Salazar,

En primer lugar, reciba un cordial saludo. Comienzo diciéndole que soy lector de El Nacional, y específicamente de su columna de los miércoles.

En referencia a su artículo "Triquiñuelas" publicado en el diario El Nacional el día de hoy 24 Octubre, temo que Ud. comenta sobre el funcionamiento del sistema de voto electrónico y también sobre la presencia de auditores en la sala de totalización. Lamento informarle que está en un error y que confunde a los electores con esta información. 

En el tercer párrafo, Ud. indica que (cito): "La totalización es la integración de todas esas "triquiñuelas". Existen dudas sobre la presencia de la oposición durante los escritunios en la sala de totalización del CNE...". Con todo respecto, Sra. Salazar , esta aseveración no es correcta. Le explico por qué.

Yo pertenezco al GST (Grupo de Seguimiento Técnico), un grupo de ingenieros y licenciados en computación que participamos activamente en todas las auditorías técnicas del Sistema de Voto Electrónico. Estuvimos presentes en estas auditorías debidamente acreditados por el Comando Venezuela. Si lo desea, puede confirmar esta especie simplemente contactando a Enrique Márquez, quien es la persona designada por el Comando Venezuela como líder de la Comisión Electoral ante el CNE. Hemos participado en TODAS las auditorías técnicas al sistema desde las elecciones de 2005, y podemos decir, sin falsa modestia, que tenemos experiencia y conocimientos sólidos en el Sistema de Voto Electrónico Venezolano. Somos un grupo técnico sin vinculaciones partidistas y sin financiamiento.

En las elecciones del 7 O, nuestro grupo participó en 10 auditorías técnicas, entre las cuales se encuentra las auditorías del software tanto de la máquina de votación como el sistema de totalización. Poseemos actas y documentos que prueban esto. Cuando Ud. quiera, podemos reunirnos y explicarle con detalle las actividades de auditoría realizadas durante todo este proceso.

Le puedo asegurar que todas las auditorías técnicas que se han realizado al Sistema de Voto Electrónico, han sido efectuadas en forma imparcial. No sólo se ha exigido hacer auditorías imparciales, sino que se estas así se han realizado. Tenemos las evidencias que pueden demostrarle a Ud. o a cualquier otra persona, que efectivamente es así.

El día 7 de Octubre, cuatro personas de nuestro grupo estuvieron en las salas de totalización CNT1 y CNT2 (dos en cada sitio) desde las 11am, hasta la finalización del proceso, alrededor de las 11pm. Nuevamente, tenemos pruebas que verifican de que esto pasó así. Poseemos información técnica sobre el funcionamiento del sistema de totalización, el cual operó adecuadamente, y dentro de los parámetros esperados. Acerca de la declaración del Alcalde Ledezma, nos reunimos con él después de su desafortunada e incorrecta declaración, y está claro de que cometió un error. Es responsabilidad del Alcalde aclararlo públicamente.

Estimada Señora, compartimos la misma frustración por no haber logrado la victoria el pasado 07 de Octubre. Estamos de acuerdo también con Ud. sobre el ventajismo abusivo y obsceno que el régimen utilizó para apalancar su victoria. Pero el Sistema de Voto Electrónico funcionó correctamente y decir lo contrario es torcer la verdad.

Evidentemente hay una distinción clara entre ventajismo y fraude. Ventajismo es la utilización irresponsable y descarada de los recursos y facilidades de manejar los medios del estado para favorecer la opción oficialista. El ventajismo se realizó a la vista de todos. Fraude es cambiar los resultados electorales a través de manipulaciones manuales o electrónicas, en forma oculta, y fuera de la vista de todos. El fraude se hace en secreto, a la sombra, a oscuras. El pasado 7 de Octubre hubo ventajismo, abierto, claro, a la vista de todos, y como tal debe ser protestado; pero no hubo fraude. Los votos contabilizados por el Sistema de Voto Electrónico fueron los sufragados por electores debidamente registrados y con derecho a votar. El hecho de que hubo miles o millones de electores que ejercieron su voto por coacción, terror, o conveniencia, forma parte del ventajismo; pero estos votos fueron contados correctamente por un sistema de votación automatizado con el que no se cometió fraude. Esto lo podemos asegurar; tenemos las evidencias de que fue efectivamente así.

Aprovecho para colocarme a sus órdenes para explicarle, con lujo de detalles, todos los aspectos técnicos que soportan lo que aquí le escribo. Puede contactarme por el correo electrónico: corba2004@gmail.com .

Sin más que agregar, y en la esperanza de que esta información le sea útil a Ud. y a sus lectores,

Se despide,
Atentamente,

Mario Torre
GST
RESPUESTA AL SR. GUSTAVO CORONEL

Estimado Señor Coronel:

En primer lugar, reciba un cordial saludo. En referencia a su artículo "El país que no va pál baile: reflexiones políticamente incorrectas" publicado el 17 de Octubre del presente año, temo que Ud. comete un error que creo necesario corregir. En el punto 2. de su escrito, Ud. indica (cito): "Millones de venezolanos desconfían del sistema electoral que ha armado el sátrapa pero seguimos votando sin exigir, de una vez por todas, una auditoría imparcial de ese mamotreto. Los representantes autorizados de la oposición declaran que no hay fraude pero si hay ventajismo, como si una cosa no fuera igual a la otra en su capacidad de hacer al régimen inexpugnable. Una publicación de Brasil, O Globo, exhibe un video en el cual parecen unos pobres votantes ejerciendo su voto con un “coach” chavista al lado. Pero nadie en Venezuela se ha preocupado por eso, algo que en cualquier país digno hubiese sido causal de impugnación".

Con todo el respecto que Ud. se merece, Sr. Coronel, esta aseveración no es correcta. A continuación le explico por qué.

Yo pertenezco al GST (Grupo de Seguimiento Técnico), un grupo de ingenieros y licenciados en computación que participamos activamente en todas las auditorías técnicas del Sistema de Voto Electrónico. Estuvimos presentes en estas auditorías debidamente acreditados por el Comando Venezuela. Le agrego que hemos estado presentes en las auditorías técnicas al Sistema de Voto Electrónico en todas las elecciones desde 2005. Todas ellas. Le invito a que confirme esta especie simplemente contactando a Enrique Márquez, quien la persona designada por el Comando Venezuela como líder de la Comisión Electoral ante el CNE, o buscando en Google "Mario Torre GST" y observará las últimas declaraciones y presentaciones que el grupo ha realizado con respecto al tema.

En primer lugar, le puedo asegurar que todas las auditorías técnicas que se han realizado al Sistema de Voto Electrónico, han sido efectuadas en forma imparcial. No sólo se ha exigido hacer auditorías imparciales, sino que se estas así se han realizado. Tenemos las evidencias que pueden demostrarle a Ud. o a cualquier otra persona, de que es así.

En segundo lugar, en referencia al video de O Globo, nosotros también vimos el video. Lo que el video muestra es una persona asistiendo a otra a ejercer su voto. No le indica por qué opción votar, y de hecho se aparta para que el elector pueda ejercer su derecho privadamente. No existe, en el video, evidencia clara de incitación o manipulación al elector par una u otra opción.

Finalmente, yo creo que sí hay una distinción clara entre ventajismo (obseno, como se ha mencionado) y fraude. Ventajismo es la utilización irresponsable y descarada de los recursos y facilidades de manejar los medios del estado para favorecer la opción oficialista. El ventajismo se realizó a la vista de todos. Fraude es cambiar los resultados electorales a través de manipulaciones manuales o electrónicas, en forma oculta, y fuera de la vista de todos. El fraude se hace en secreto, a la sombra, a oscuras. El pasado 7 de Octubre hubo ventajismo, abierto, claro, a la vista de todos, y como tal debe ser protestado; pero no hubo fraude. Los votos contabilizados por el Sistema de Voto Electrónico fueron los sufragados por electores debidamente registrados y con derecho a votar. El hecho de que hubo miles o millones de electores que ejercieron su voto por coacción, terror, o conveniencia, forma parte del ventajismo; pero estos votos fueron contados correctamente por un sistema de votación automatizado con el que no se cometió fraude. Esto lo podemos asegurar; tenemos las evidencias de que fue efectivamente así.

Con todo respeto, aprovecho para colocarme a sus órdenes para explicarle, con lujo de detalles, todos los aspecto técnicos que soportan lo que aquí le escribo. Puede contactarnos por el correo electrónico: corba2004@gmail.com. Sin más que agregar, y en la esperanza de que esta informaciónle sea útil para entender mejor lo que pasó el 7 O,
Se despide,
Atentamente,
Mario Torre
GST